Apuntando a... Víctor Fernández Correas

Nací en Saint Denis (Francia) en 1974. ¿Que por qué allí? Hijo de la emigración, así es la vida. Naces donde te toca nacer. Eso sí, extremeño casi por los cuatro costados -siempre hay resquicio para algo más-. Y uno de ellos, verato. De La Vera de Cáceres.

Profesionalmente gasto mi tiempo y ocupación en eso que se llama freelance o de todo un poco: periodista, consultor de comunicación, gestor de redes sociales, redactor de notas de prensa y comunicados... Tecnologías de la información, pequeña y mediana empresa, editoriales, empresas de formación. De todo un poco y variado. Para no aburrirme.

Lo de escribir es algo más tardío. Realmente me dio por escribir a eso de mediados del año 2000. Se celebraba un certamen de relato corto en mi pueblo, Valverde de la Vera (Cáceres), y gané la modalidad local. A cuadros me quedé. Y repetí al año siguiente. En este caso con un relato titulado Epílogo imperial, al que volveré después. ¿Suerte? No las tenía todas conmigo, así que probé, por probar, en el Primer Certamen de Relato Corto 'Princesa Jariza' de Jaraíz de La Vera, también en el 2001. Y asimismo lo gané con una historia de templarios y semana santa en Jerez de los Caballeros. ¿Más premios? Pues no. Empecé a tomarme algo más en serio lo de escribir. 

¿ Queréis conocerle un poco más?

Hola Víctor, ante todo primero agradecerte que me dejes robar un poquitín de tu tiempo para responder a las preguntas de la entrevista.

¿Qué nos puedes contar de Víctor Fernández Correas?

Básicamente, que me encanta contar historias. Más que escritor, me considero contador de historias. 

¿Cómo es tu día a día?

Trabajo como periodista, por lo que estoy todo el día sentado delante del ordenador y, cuando hay un hueco libre o por las noches, escribo. ¿El qué? De todo: alguna que otra novela, relatos que se pueden leer en mi blog, anécdotas históricas… De todo un poco.

¿Cómo fue ese momento en el que dijiste quiero ser escritor? ¿Llevabas tiempo planteándotelo o surgió así porque sí?

Llevaba tiempo escribiendo cosas, pero un día llamé la atención de un agente literario y fue éste quien me animó a escribir una novela. Hasta ese momento no había pasado de más de 30 páginas, a lo sumo, y fue todo un reto escribir una historia que sobrepasara ese número de páginas. No sólo resultó, sino que la novela fue publicada. Y después vino otra. Y el gusanillo de escribir sigue dentro. Y me parece difícil que se marche ya.

¿De dónde sale tu inspiración para escribir tus novelas y para crear tus personajes?

Depende del momento y de la situación. Cualquier dato, anécdota, noticia o hecho puede apretar el gatillo en tu cabeza y darte la idea para escribir una novela. También suelo leer revistas de historia, y en ellas encuentro datos o hechos que luego, tras investigar, se convierten en el germen de una novela. Después, los personajes vienen solos y me gusta mezclan los históricos con los de ficción. Es lo que tiene escribir, que te permite conocer a gente de todas las épocas, vivir acontecimientos de todo tipo… Soñar y divertirte, en definitiva.

Me imagino que antes de escritor fuiste lector ¿Cuál es/era tu escritor/a favorito/a? ¿Quiénes han influenciado tu estilo a la hora de escribir?

De todo un poco. Con el tiempo vas conociendo a más y más autores, te quedas con unos y dejas a otros, añades otros nuevos… De siempre, el maestro Miguel Delibes. Hace cuatro o cinco años descubrí a Stefan Zweig y, mientras, ahí siguen George Orwell, Pérez Reverte, la literatura de viajes de Javier Reverte…

Tu última novela publicada ha sido “La tribu maldita” ¿Qué nos puedes decir de ella para que los que no se la han leído se animen a hacerlo?

Que se trata de una novela prehistórica con la que traté de explicar cómo vivía un antepasado nuestro que vivió por tierras burgalesas hace cosa de 450.000 años. El propósito era ése: mostrar un mundo inhóspito para el hombre, donde lo mismo cazaba que podía ser cazado en cualquier momento. Y si no moría por el ataque de una fiera, ahí estaba la naturaleza para apostar su granito de arena a la hora de proceder a la selección natural.

¿Hay algún personaje de todas tus novelas con el que te identifiques más? ¿Por qué?

Si bien es cierto que siempre queda algo de ti en los personajes de creas, puede que haya más de mí en el Bertrand de Brugge de La conspiración de Yuste o en el inspector de policía de la novela que terminé de escribir hace unos meses que en otros. A veces, de manera inconsciente quedan en ellos rasgos de tu manera de ver las cosas, pensamientos, ideas, etcétera. Quiero pensar que es de manera inconsciente, repito.

¿Qué te han aportado tus novelas?

Primero, publicar, lo que no está mal. Después, conocer a lectores, que en algunos casos han acabado convirtiéndose en amigos. Y, por último, vivir todo tipo de experiencias, acudir a eventos o lugares en los que nunca hubieras imaginado participar o estar presente, o compartir momentos con personas a las que admiras o cuyo trabajo valoras. A modo de ejemplo, la presentación de La Conspiración de Yuste tuvo lugar en el mismo monasterio de Yuste. Todo un sueño, desde luego.

¿Qué es lo mejor de la novela histórica?

Que te permite SOÑAR. Como he dicho antes: gracias a ella puedes conocer a grandes personajes que existieron, vivir momentos que supusieron un antes y un después en la humanidad… Y por encima de todo, te permite aprender, pues nunca hay que dejar de aprender quiénes fuimos y cómo hemos llegado hasta aquí.

¿Te atreverías a escribir en otro género que no fuera el de novela histórica?

La última novela que terminé es una suerte de novela histórica, thriller y novela negra. De todas formas, y como bien dice Javier Reverte en Canta Irlanda, ¿por qué en España hay que encasillar a los autores en un género determinado cuando en otros países pasan de uno a otro con total libertad? Ahí dejo la cuestión. 

Después de haber pasado por todo el proceso de crear una historia, cuando pones el FIN después de la última frase ¿Qué sensación tienes? ¿Qué es lo que piensas?

Paz. Y si se publica, la de alegrías y de disgustos que me esperan.

¿Qué protagonista masculino, de cualquier novela que hayas leído, te hubiese gustado escribir a ti?

Si me tengo que quedar con uno, con Blasco Jiménez, el protagonista de El alma de la ciudad, de Jesús Sánchez Adalid. En más de una ocasión se lo he repetido a él mismo: daría lo que fuera por haber escrito esa novela.

¿Qué les recomendarías a aquellos escritores noveles que quieran publicar su primera novela?

Que perseveren, que no pierdan las ganas ni el sueño y que, cuando vengan los rechazos -que llegan incluso habiendo publicado varias novelas-, mantengan la esperanza. Que escriban un poco cada día, pero que tampoco dejen de leer. Como dice una persona por la que siento una profunda admiración: si se cree y se trabaja, se puede.

¿Qué es lo próximo que vas publicar? ¿Puedes dar algún adelanto sobre de qué se trata?

Tengo dos novelas terminadas: una historia con la emigración española y la transición como telón de fondo, y otra que se desarrolla en el Madrid de comienzos de los 50. Veremos si hay suerte…

Otra vez muchas gracias por hacerme un huequecillo, espero que en tus siguientes proyectos tengas tanto o más éxito del que has tenido hasta ahora.

Las gracias a ti por darme esta oportunidad y por acordarte de mí, Sheila.