Apuntando a... Dioni Arroyo Merino

Licenciado en Antropología Social y Cultural y Diplomado en Educación Social, alterna su oficio de escritor con su profesión de funcionario. Considerado como uno de los máximos exponentes en literatura fantástica de Castilla y León,1 2 ha publicado cinco novelas hasta la actualidad y su obra aparece en varias antologías editadas por el Fondo Municipal de Cultura del Ayto de Valladolid.3 4 Con un carácter profundamente inquieto e involucrado en el mundo cultural,5 es miembro fundador de Los perros del coloquio, colectivo de escritores con deseos de renovar el panorama literario,6 7 y también es padrino de uno de los nueve clubes de animación a la lectura del Ayto. de Valladolid.8

¿ Queréis conocerle un poco más?

Hola Dioni, ante todo primero agradecerte que me dejes robar un poquitín de tu tiempo para responder a las preguntas de la entrevista.

¿Qué nos puedes contar de Dioni Arroyo?

Puedo decir que empecé a publicar en el 2012, y desde entonces intento combinar de la forma menos caótica posible, mi oficio de escritor con mi profesión de funcionario. Mi trabajo me ha llevado a vivir en lugares tan atractivos como Tenerife, Jerez, Algeciras, Ibiza, Pontevedra o Santander, lo que me ha servido para vivir mil aventuras, y enriquecer mis novelas con anécdotas que extraigo de la vida real. Ahora he regresado a mi ciudad natal, lo que me permite llevar una vida más estable y escribir con mayor tranquilidad.

¿Cómo es tu día a día?

Los días que no trabajo los empleo en escribir durante muchas horas. No lo tomo como una obligación, es una vocación que cuanto más la desarrollas, más dedicación te exige, y más disfrutas de ella. También he comprobado que cuanto más escribes, más facilidad tienes para fabular mundos que no existen. Es una facultad parecida al ejercicio físico, como el deporte, que te ayuda a desarrollar la musculatura, de la  misma forma que escribir te da mayor soltura, riqueza de vocabulario, posibilidades impensables para jugar con el lenguaje. Escribo siempre con un buen café muy cargado y con mis inseparables inciensos, que me permiten capturar las musas. También leo mucho, creo que todos los días aprovecho un par de horas para leer, sintiendo una cierta angustia cuando llevo varios días sin el placer de la lectura.

¿Cómo fue ese momento en el que dijiste quiero ser escritor? ¿Llevabas tiempo replanteándotelo o surgió así porque sí?

Es un deseo que me ha acompañado toda mi vida. Cuando era niño y me preguntaban qué quería ser de mayor, sin titubear un instante decía que escritor. Pero a pesar de ese deseo manifiesto, tardé mucho en proyectarlo y tomármelo en serio. He escrito toda mi vida cuentos y relatos cortos, pero tardé en afrontar el desafío de redactar novelas extensas, y tuvo que pasar media vida hasta que me decidí por publicar. Siempre tenía otras prioridades, cambio de ciudad –he sido muy nómada los últimos veinte años-, el trabajo y demás responsabilidades que no me permitían realizar mi sueño. Llegó el 2012 y me puse en contacto con una pequeña editorial, con la que empecé a caminar como escritor.

¿De dónde sale tu inspiración para escribir tus novelas y para crear tus personajes?

De la forma más absurda y anodina. Son pequeños esbozos de la realidad que deformo de manera instintiva, imaginando y especulando breves historias que se me ocurren como chispazos, como un brainstorming, y a partir de ese momento, mi mente se disocia de mi voluntad y comienza a relatar una serie de aventuras que ordeno para que se transformen en novelas. Si deliberadamente intento que surjan las musas, me resulta imposible, porque deben ser anécdotas habituales de la vida las que las produzcan, y de la forma más insospechada.

Me imagino que antes de escritor fuiste lector ¿Cuál es/era tu escritor/a favorito/a? ¿Quiénes han influenciado tu estilo a la hora de escribir?

Sin duda alguna Dostoyévski. Para mí ha sido el escritor que más me ha marcado a lo largo de la vida, y al que más he leído en los momentos especiales. Algunas de sus obras, como “Crimen y castigo”, “El jugador” o “Nietovska Nezvanova”, me han permitido soñar y comprender que en la vida, puedes llegar todo lo lejos posible que te propongas. También me ha enseñado a diseccionar el análisis psicológico de un personaje, llevar a cabo la aventura introspectiva que te permite dotar de vida propia a los seres que crea tu imaginación. Sin dudarlo, es el que más me ha influido. Pero sería injusto no mencionar a Margaret Atwood, autora de impresionantes novelas como “El cuento de la criada”, que me dejó una huella imborrable en la memoria. 

Tu última novela publicada ha sido “Fractura” ¿Qué nos puedes decir de ella para que los que no se la han leído se animen a hacerlo?

Se ha publicado en el otoño del 2016 por la editorial Apache Libros, y es la primera novela española sobre el fracking, tratada desde la ciencia ficción. Escrita en primera persona, se sumerge en la visión inocente de un niño que va relatando su existencia entre los diez años hasta los diecisiete, asistiendo a la caída de la humanidad por culpa de la fractura hidráulica. Se trata de una distopía juvenil orientada a todos los públicos, en los que he intentado concienciar sobre los peligros de extraer energía del subsuelo a cualquier precio, y reflexionar sobre las consecuencias futuras de nuestras acciones presentes. En ella nuestro protagonista conocerá su primer amor, que lo vivirá como suele ser la primera vez, cargado de pasión y de sentimientos irreconciliables, valorará la importancia de la amistad y la pérdida de seres queridos en un mundo futuro que se desvanece como el rocío de la mañana. Es una novela cargada de acción, con un ritmo trepidante y un final, os puedo asegurar, imprevisible.

¿Hay algún personaje de todas tus novelas con el que te identifiques más? ¿Por qué?

Me identifico más cuando escribo en primera persona, es una certeza que te obliga a empatizar con el protagonista y ahondar en las reflexiones personales. Con mis dos primeras novelas, “Los Ángeles Caídos de la Eternidad” y “Metanoia”, ambas publicadas en Éride ediciones en el 2012 y que compartieron el Premio Nacional Éride en su Quinta Edición, fueron escritas en primera persona, y me exigió envolverme en sus vidas de forma casi obsesiva. Con “El sabor de tu sangre”, publicada también por Éride ediciones en el 2013, jugué con más personajes, escribiéndola en tercera persona. Como narrador omnisciente disfruté del hecho de sobrevolar diferentes situaciones y caracteres opuestos. En el 2014 publiqué “Gótica y Erótica” en la misma editorial y seguí con la misma estrategia narrativa, varios personajes con los que permitía al lector encariñarse con alguno, descifrando sus pensamientos de forma aleatoria, como pistas para capturar la atención del lector. Por ello me siento más identificado con los personajes escritos en primera persona, y “Fractura” es un claro exponente de ello, reconozco que cuando terminé la novela, me costaba despegarme del protagonista. Me había sentido muy identificado con sus sentimientos y emociones, siendo un personaje muy diferente a mí.

¿Qué te han aportado tus novelas?

Comprender mejor a los seres que me rodean, aprender a empatizar, a triangularizar los problemas de la vida, a desarrollar la asertividad. Escribir es un privilegio que te ayuda a profundizar en el alma humana y entender las reacciones más básicas. Me han aportado felicidad, satisfacción y una forma de vivir que me apasiona, repleta de eventos, presentaciones en festivales de literatura, conocer a más escritores, intercambiar opiniones y aprender de los lectores y de sus puntos de vista sobre lo que escribo…en fin, es una fuente de beneficios en todos los aspectos, es un oficio muy poco rentable pero altamente recomendable.

¿Qué es lo mejor de la novela negra o de terror?

Que juegas con personajes a los que les haces sufrir todo el tiempo, y que son sus problemas, no los tuyos. Es divertido porque te permite seleccionar situaciones dramáticas en las que van a padecer lo suyo, y en las que les debes encontrar una salida digna, que se acaben convirtiendo en héroes o villanos, pero que atrapen al lector, que el suspense lo mantenga  pegado al libro hasta la última página.

¿Te atreverías a escribir en otro género que no fuera el de novela negra o el de terror?

Casi siempre escribo literatura de género, sobre todo de ciencia ficción, terror gótico y terror psicológico. Voy a empezar a escribir una nueva novela, y se encasillará en el género negro. Podría escribir una historia convencional sin elementos fantásticos o dramáticos, pero reconozco que me dejo llevar por la fascinación de las musas, que me conducen por territorios ignotos que se distancian de la realidad. Me atrevería, pero tal vez dentro de unos años, porque actualmente me encanta explorar la fantasía, escapar de lo cotidiano.

Después de haber pasado por todo el proceso de crear una historia, cuando pones el FIN después de la última frase ¿Qué sensación tienes? ¿Qué es lo que piensas?

Tal vez sea lo que más ansiedad me genera, llegar al final. Es un hecho que anhelas desde el momento en que desarrollas el nudo de la obra, y que sabes que debes volver sobre lo escrito para repasar, corregir y repetir mil detalles que se te han escapado. Cuando todo se concluye, siempre pienso que debería darle una vuelta más, mejorar algún sinónimo, alguna descripción… pienso en si disfrutarán los lectores, en especial los que más aprecio, qué sentirán, y me sumerjo en un mar de dudas. Es un momento complicado, no lo disfruto. Tal vez disfrute más empezando a escribir una historia, porque al final tengo la impresión de que siempre se puede mejorar, de que podría estar dándole vueltas a la novela sin concluirla jamás, pero que, en algún momento, debemos finiquitarla, y me deja un sabor agridulce.

¿Qué protagonista masculino, de cualquier novela que hayas leído, te hubiese gustado escribir a ti?

El protagonista de “El Perfume. La historia de un asesino”, de Patrick Süskind. Es impresionante lo bien construido que está, cómo goza de vida propia, con una personalidad que va evolucionando con la edad. Es de lo mejorcito que he leído de la narrativa contemporánea.

¿Qué les recomendarías a aquellos escritores noveles que quieran publicar su primera novela?

Que disfruten de la experiencia, de ese momento mágico y único, que se lo tomen muy en serio pero sabiendo que es una afición, y que nunca cesen en el empeño, que no permitan que nada ni nadie frene su sueño. 

¿Qué es lo próximo que vas publicar? ¿Puedes dar algún adelanto sobre de qué se trata?

 A finales de este mes de mayo se publica “Fracasamos al Soñar”, en Nowevolution ediciones. Relata la historia de amor entre un profesor de antropología y una estudiante miembro de un grupo disidente y terrorista. Él participa en un grupo multidisciplinar para elaborar una ley de identidades múltiples para regular jurídicamente el transhumanismo, la nueva especie que nos sustituirá, pasando de homo sapiens a homo cyborgs. Su estudiante pertenece a un grupo contrario a la fusión de hombres con máquinas, y se establecerá una curiosa historia de amor en un momento histórico, a mediados del siglo XXI, de transición hacia la nueva especie. En la novela he reflexionado sobre los dilemas éticos que encierra la gran revolución que lo cambiará todo a lo largo de este siglo, la condición poshumana, y si esa transformación se llevará a cabo para mejorar nuestro bienestar, o incrementar nuestra capacidad de producción. He intentado que no sea una novela cyberpunk, aunque me he volcado en todos los elementos cibernéticos y tecnológicos del futuro, la parte humanista es lo fundamental para comprender qué será de nosotros dentro de treinta años. En definitiva, es una novela de amor en un mundo cambiante, que simboliza el mito de la eterna huida para aceptar que ya no hay vuelta atrás.

Otra vez muchas gracias por hacerme un huequecillo, espero que en tus siguientes proyectos tengas tanto o más éxito del que has tenido hasta ahora.